Listas de adjetivos


Repasando lo vivido, removiendo lo incrustado, recordando tu pasado, confío en que de acuerdo estarás conmigo, contento estarás contigo, al convertirte en testigo, ahora que estás a mi lado, de lo importante que ha sido, dado el tiempo acumulado, el encontrar gente nueva, que te llene y te despoje, que te quiera o que te odie, que te lleve, que te moje, gente buena, gente torpe, fuerte, tierna, bella, noble...

No más listas de adjetivos, queria sólo introducción, lo que importa es lo que pasa cuando encuentras tu razón.

Cuando encuentras a alguien que posee maravillas en su mirada, en sus dedos que reproducen notas, en sus ideas que abren tu mente, que cautivan tu alma, que te invitan a esclavo y guerrero a la par de sus palabras.

Esa criatura enferma ante los ojos del mundo, para la cual sólo tenemos una mirada compasiva y huimos cobardes a la primera oportunidad al no saber qué hacer con ella, al no soportar sus noches rigidas y convulsivas, al sentir terror con sus gritos de auxilio cuando estamos sumergidos en nuestro charco de problemas que más bien maquilla nuestro lago de egoismo. Sí, ella puede parecer rara, diferente, y en efecto lo es, y en verdad está loca, pero más sana que cualquiera de nosotros.

Este es otro más de mis lúdicos intentos por hacerte pensar barbaridades, por tomar presa tu máquina de ideas y dejarte un mal sabor de boca con aroma a nuevo y de color alado. Sí, alado, como un ave que se posa en tu cabeza y te pregunta antes de emprender el vuelo

-¿Aún no encuentras esa criatura de la cual te hablo?
   ¿Qué esperas?
      ¡Deja de buscar!
 

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