Disparates


Demostrar lo que provoca permanencia voluntaria de lo que te enferma me parece poco menos que descabellado, aunque no calvo, con pelusas por delante y pelusas por detrás como de ombligo adolorido después de una sesión de amor.

Y con todo esto me empecino en comprobar ante tu mirada pasiva, incrédula y desafiante que mis intenciones son otras. Yo no pretendo juzgarte más de lo que ya has hecho, no pretendo robarte, mucho menos engañarte, que para eso están las deducciones absurdas que le impiden a la verdad, a la propia claridad pasar como por su casa levantando erguida una taza disque para brindar.

Abro la carta que me has entregado esta noche y me sumergo en ese lugar del que siempre he sentido miedo; El mar cargado de connotación poética que viene con sus olas y sus peces dando vueltas sin querer, saliendo de no sé dónde y revolcando sin saber por qué.



Casi a punto de rendirse, el peso es cada vez mayor, la gravedad actúa sin distinciones de categorías (las categorías, creo que he escuchado algo sobre esas cosas). Después de tantas sacudidas, el movimiento de la frazada ha sido imperceptible para mi cuerpo, no es hasta que cae por completo que empiezo a notar su ausencia, tiemblo de frío y de miedo. Despierto, o quizá no, buscando calor, buscando abrigo, buscando… tan solo buscando. En qué he estado soñando, ya no lo recuerdo. Pero es muy extraño, recuerdo que antes de despertar recordaba mi sueño perfectamente, pero es aquí donde la palabra recuerdo cobra más vida que los propios sueños. Ahora no puedo dormir, no puedo soñar, o quizá ya esté soñando con los ojos abiertos y los sentidos a medias, recordando, soñando, no es lo mismo? A veces. A veces? O tal vez siempre. Quisiera escribir todas las palabras que inundan mi pensamiento pero no logro formar ideas coherentes, espera, de qué hablo, coherentes con qué si no son más que todos mis recuerdos, todos juntos no tienen orden ni tiempo ni duración ni prioridad, todos juntos son lo que soy ahora lo que fui ayer pero no lo que seré mas tarde. Vuelvo a sentir frío y recobró la conciencia inútil, aquella que ordena los recuerdos, aquella que me dice que ya es tarde y que hay que dormir un poco para hacer algunas cosas mañana, aquella que está CONCIENTE de que mis pies están helados y mi piel erizada. Recojo mi frazada y me olvido de mi misma…

Me niego a seguir leyendo, este nudo en la garganta me hace querer gritar, después de tanto tiempo, qué he hecho yo por ti, qué te han dado estos ojos y estas manos más que celos y desilusión.

Te has decidido a escribir. Una parte compartir de ese corazón de pollo que siempre caracterizó que una pelea no durara, que la discordia se esfumara y que volviera el construir.

Y entonces ¡Cómo es que te atreves a olvidarte de ti misma!
cómo es que me dejas aqui extrañando lo que algún día tuvimos, añorando tu grandeza, reprendiendo mi torpeza.

Escapemos a otro paisaje, vamos, no necesitas pasaje, yo te llevo no preocupes, ni apresures ese andar, que con que quieras venir conmigo te aseguro vamos a llegar. Acompañarme implicará que tu alma se estremecerá, el sol a veces no saldrá y tu boca no callará todo ese sufrir pelado, comprado, vendido y arrojado, que ahora entiendo que para eso no se necesita oceano, con un mar es suficiente, qué pensará de esto la gente, tal vez no lo pueda olvidar.

No aceptaré un 'No' por repuesta, te esperaré en donde acordamos, a la hora de aquella cita que hicimos al comenzar concientes esta historia llena de disparates.

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Hey! prometo nunca más volverte a decir envidioso =P
Muchas gracias por compartirme tu blog!!!!!

Entradas populares